martes, 11 de junio de 2013

Modelo Dohrenwend



Barbará Dohrenwend (1978) preocupada por la enorme diversidad de actividades que se encuentran bajo la etiqueta de Psicología Comunitaria, que habían difuminado la disciplina y hacían difícil mantener la sensación de unidad, propuso un marco conceptual cuya finalidad era contestar a dos preguntas:
  • ¿Qué hacen los psicólogos Comunitarios?
  • ¿Qué los diferencia de la Psicología Clínica y de otras disciplinas con el apelativo comunitaria? 


Según Dohrenwend, el modelo permite unificar todas las aparentemente dispares actividades de los psicólogos comunitarios, ya que todas ellas se dirigen a socavar el proceso mediante el cual el estrés psicosocial genera la patología (ya sea de salud mental o social), pero dada la complejidad de este proceso puede ser abordado en puntos muy diferentes y esto explica las diferencias entre las actividades desarrolladas por los psicólogos comunitarios. 



El proceso del estrés psicosocial, según Dohrenwend, se inicia con la aparición de uno o más sucesos vitales estresantes que generan una reacción de estrés transitoria. Los eventos sociales estresantes varían en el grado en que están determinados por el ambiente o por las características personales del sujeto. De esta forma, el modelo de Dohrenwend nos permite centrarnos tanto en la persona como en el escenario social, y admite la posibilidad de que el individuo participe en la creación de los diversos acontecimientos que posteriormente le pueden causar cambios psicológicos.

ANTES DEL DESASTRE



En estos casos surgen las reacciones psicológicas mas graves. En las situaciones de catástrofe, la falta de recursos, de planificación, de prevención, de capacitación, de suministros y de preparación general y psicológica, despierta sentimientos devastadores de impotencia y desesperanza. Si se añade a lo anterior la falta de un sistema de alerta, el impacto que esto causa en la persona, será catastrófico. 

La preparación previa al desastre es una actividad en la que deben intervenir diligentemente todas las personas que intervienen en un sistema de salud, es decir, a nivel personal y profesional. Es una de las formas más eficaces de atenuar los efectos que provoca una catástrofe en nosotros, nuestra familia, y los socorristas que pueden acudir a brindar auxilio. 

La capacitación y el adiestramiento por medio de simulacros constituyen una preparación excelente para afrontar un desastre, si se efectúan en forma organizada, planeada y programada regularmente. Estas prácticas constituyen medios estupendos para "sensibilizar" a personas y grupos frente a un desastre, y revirtiendo así en gran medida el pánico que pudiera surgir. Cuando una situación está bien ensayada, naturalmente se afronta con un sentido elevado de competencia y confianza. En forma local, programas de este tipo pueden diseñarse con peligros reales, tomando en consideración a la comunidad. Por ejemplo, una comunidad establecida alrededor de un gran aeropuerto puede realizar sus simulacros representando un gran choque irreal de aviones en un área de la comunidad. Otra comunidad cercana a una presa o río importante puede efectuarlos simulando una inundación, y así sucesivamente 

La finalidad principal de tales simulacros, desde el punto de vista psicológico incluye: 

  • Aumentar la conciencia del peligro.
  • Facilitar la desensibilización psicológica
  • Incrementar la confianza en las capacidades de actuar y de afrontar la situación
  • Disminuir la incidencia y la magnitud de reacciones psicológicas negativas, como rechazo, pánico y choque 




Las etapas previas al desastre y de alerta suelen constituir un momento en el que las personas sin preparación sienten una ansiedad de cierta magnitud. En su forma leve, dicha ansiedad suele ser dominada por diversos mecanismos subconscientes de defensa. Por lo general, las personas inclusive niegan que exista la posibilidad de un desastre ("nunca me ocurrió a mi"); desarrollan una actitud fatalista ("es inevitable y no puede hacerse nada al respecto") o utilizan racionalizaciones para convencerse a si mismas de que el desastre no se presentará ("en este sitio no ha habido un terremoto en los últimos cincuenta años, de tal forma que las posibilidades de que acaezca disminuyen con cada día que pasa"). 

Las acciones y las reacciones en la etapa previa al desastre, comúnmente varían de la inactividad y la apatía, a la ansiedad leve (y el "ideal" de planificación y preparación queda en un punto intermedio), la hiperactividad y la ansiedad que aumenta los niveles de pánico son más características de la etapa de alerta. Es importante recordar que muchos desastres como sismos, tornados y accidentes de transporte, normalmente no tienen una etapa de alerta previa. 

Cuando se da la señal de alerta, las personas y los grupos sin preparación a menudo sienten pánico, y solicitan desesperadamente información de cómo sobrevivir al desastre que se avecina. El miedo intenso durante este lapso suele acompañarse de pérdida del control y una conducta irracional de escape. Irónicamente, la huida puede ser la mejor técnica para sobrevivir, en algunas situaciones. Sin embargo, es importante que las personas escapen en la dirección apropiada y utilicen su criterio para decidir si huyen o buscan refugio. Al tomar esta decisión hay que considerar el tiempo necesario para ello y la naturaleza del desastre. 

Más aún, durante la etapa de alerta la responsabilidad suele recaer en los líderes y las autoridades que son consideradas como "figuras paternas". Dicha conducta puede canalizarse simplemente al dar instrucciones muy autoritarias e información explícita referente a asuntos como evacuación, desplazamiento hacia los refugios y demás. 

Las estrategias de intervención durante la preparación previa al desastre, la etapa de alerta deben estar orientadas a la capacitación y actividades que se acerquen a la realidad. Se busca con todo ello, disminuir el rechazo, de modo que los ciudadanos puedan movilizarse y protegerse por si mismos. Proporcionar información concerniente al tipo, la fuente, y la magnitud del peligro, así como los planes de evacuación, si así conviene. Los líderes competentes deben comprender los aspectos relevantes del inminente peligro, y transmitir las medidas defensivas o evasivas apropiadas que deben ponerse en práctica. Entre los factores significativos que modifican la intervención en este momento están el grado de planificación y preparación previa, y la eficacia de la red de comunicaciones.





Video. Antes del desastre





Intervención psicosociológica en situaciones de estrés agudo








lunes, 10 de junio de 2013

DURANTE EL DESASTRE

Organización Panamericana de la Salud. (2010).Apoyo psicosocial en emergencias y desastres. Guía para equipos de respuesta. Recuperado de Apoyo social en emergencias y desastres


Es importante conocer el efecto que tienen las emergencias 
y desastres en la salud mental y bienestar psicosocial de las 
personas.
El impacto psicosocial de cualquier emergencia o desastre depende de los siguientes factores:

  • La naturaleza del evento: Los eventos inesperados (terremoto), los ocasionados por el hombre (conflictos armados), los que implican uan situación de estrés prolongada (desplazamiento forzado) y los de afectación colectiva general que producen un mayor impacto en la población.
  • El entorno y las circunstancias : Los desastres no escogen a las víctimas, no afectan al azar.
  • Las características de la personalidad y la vulnerabilidad individual de los sobrevivientes : Se valora en primer lugar la personalidad de los individuos y su capacidad de hacerle frente a los eventos catastróficos inesperados.


Sin embargo, en la mayoría de ocasiones se sugiere que el 
psicólogo realice las siguientes acciones:

  • Escuchar. Permitir la expresión de vivencias y emociones experimentadas durante el evento.
  • Apoyar o crear condiciones adecuadas de comunicación e información. Disminuir el estrés, incrementar la organización cognitiva, activar recursos internos y externos al individuo o al grupo, disminuir la sensación de anomalía o marginalidad, la preparación para ciertas experiencias.
  • Apoyar las acciones prosociales que la propia comunidad emprenda.
  • Crear las condiciones para recuperar la homeostasis perdida.








Objetivos del psicólogo en situación de desastre.

  1. Optimizar la capacidad terapéutica que tiene la propia comunidad para solucionar sus problemas mediante el desarrollo de redes de apoyo, formación para profesionales, ampliación de roles de los profesionales y otros.
  2. Trabajar con la comunidad para reducir el desfase entre su desarrollo potencial y su desarrollo real.
  3. Aumentar la capacidad de gestión de la comunidad para la autoadministración de los cambios pertinentes.
  4. Autorregulación de la propia intervención para mantener la calidad de la misma.
  5. Proveer información, confort, asistencia práctica, “primeros auxilios” emocionales.


Entre los grupos de población más vulnerable se 
encuentran los siguientes:

Niñez. Aún no han constituido las defensas suficientes para enfrentar las adversidades y dependen de la ayuda y el apoyo externo.

Mujeres. Suelen estar sometidas a condiciones sociales más adveras (en relación con los hombres) y a mayores riesgos para su salud.

Ancianos. Con frecuencia viven en situaciones de privación y desesperanza.

Otros grupos de riesgo. Personas con enfermedad mental o física previa que ocasiona mayor vulnerabilidad del individuo.

Las situaciones de emergencias y desastres producen diversos problemas a nivel individual, familiar, comunal y social. En cada uno de éstos niveles, las emergencias y los desastres deterioran los mecanismos de protección de la persona y acrecientan los riesgos de que aparezcan numerosos tipos de problemas. Los problemas pueden ser sociales o de conducta. A continuación se presenta una descripción de cada uno de ellos.

Problemas psicosociales.
  • Problemas sociales preexistentes (anteriores a la emergencia), como la extrema pobreza, pertenecer a un grupo discriminado, marginado y oprimido políticamente.
  • Problemas sociales inducidos por la emergencia : separación de los miembros de la familia, desintegración de las redes sociales, destrucción de estructuras comunitarias, de la confianza recíproca y de los recursos, mayor violencia por motivos de género.
  • Problemas sociales inducidos por la asistencia humanitaria: debilitamiento de las estructuras comunitarias o de los mecanismos de apoyo tradicionales.


Problemas de conducta.
  • Problemas preexistentes : trastornos mentales graves y abuso de alcohol.
  • Problemas inducidos por la emergencia: duelo, alteraciones emocionales, depresión y ansiedad, incluyendo trastorno por estrés postraumático.
  • Problemas inducidos por la asistencia humanitaria : ansiedad debido a la falta de información respecto a la distribución de alimentos.





Primeras acciones de la respuesta


Las medidas y decisiones tomadas las primeras 72 horas en 
una situación de emergencia sientan las bases para una 
respuesta eficaz durante las semanas siguientes.

Acciones a implementar las primeras 72 horas

  1. Realizar una visita al lugar de emergencia para llevar a cabo una evaluación preliminar. Verificar la naturaleza y alcance de la situación de emergencia mediante consultas con el personal, funcionarios del gobierno, otras agencias u organizaciones locales, la población y los medios de comunicación
  2. Establecer contacto con todo el personal de salud mental y apoyo psicosocial a su alcance y verificar su disponibilidad.
  3. Consultar el plan de preparación y respuesta en salud mental y apoyo psicosocial, adaptarlo a la situación y establecer un mecanismo de coordinación permanente.
  4. Diseñar intervenciones sobre la base de una información suficiente y fijar un calendario de actividades.
  5. Establecer un sistema para compartir los resultados y mejorar la práctica.





Evaluación de daños y análisis de necesidades en salud mental y comunitaria

La evaluación rápida de la situación de salud mental después de un desastre o emergencia es parte de la evaluación de daños y análisis de necesidades de salud y debe facilitar las acciones prioritarias que se requieran en este campo.
Ayuda a :
  • Describir el impacto humano del evento, destacando los aspectos culturales, las coyunturas políticas y las formas de organización social existentes en la población afectada.
  • Identificar la problemática de salud mental, incluidas la morbilidad y la mortalidad.
  • Evaluar las necesidades psicosociales prioritarias de la población afectada.
  • Describir la forma de respuesta institucional y de la población, así como la eficacia de los mecanismos de afrontamiento.
  • Hacer recomendaciones para la acción.



Hay tres etapas en el proceso de evaluación:

Inicial : Se efectúa as primeras 72 horas posteriores al evento. La evaluación inicial es comunitaria, la comunidad participa en la primera respuesta a través de organizaciones comunitarias, grupos de socorro y salvamento o trabajadores de la salud del nivel primario.
Lo cuál servirá de base para el análisis posterior especializado.

Intermedia: Registra la evolución de una situación de la salud mental en forma continua durante las primeras 4 semanas.

Final: Se lleva a cabo al finalizar la etapa intermedia.



Esferas de actuación y apoyo psicosocial

  • Asumir que las respuestas emocionales son normales ante una situación anormalmente abrumadora.
  • Integrar componentes de ayuda comunitaria e intervenciones sociales (alimentación, educación, vivienda, trabajo, etc.) haciendo posible la reconstrucción de la cotidianidad y el desarrollo de nuevos proyectos de vida.
  • Comprometer la participación activa de la comunidad, autoridades y grupos intersectoriales.
  • Identificar e intervenir a tiempo las reacciones psicológicas par el logro de una pronta recuperación. A continuación de presenta un modelo de respuesta e intervención psicosocial aplicable las primeras 72 horas.


Fase.
Respuestas psicológicas.
Intervenciones psicosociales.












Primeras 72 horas.
    Crisis emocionales.
           Entumecimiento psíquico : se ven asustadas, apáticas, confundidas.

    Excitación aumentada o “parálisis” por el temor.

    Ansiedad difusa.
    Deseo-temor de conocer al realidad.

    Dificultad para aceptar la dependencia y la situación crítica en la que se encuentra.

    Inestabilidad afectiva con variaciones extremas.
           Ocasionalmente, estado de confusión aguda.








    Evaluación de daños y análisis de necesidades en salud mental.

    Socorro y protección.

    Satisfacción de las necesidades básicas más inmediatas.

    Primera ayuda psicológica.


Primeros auxilios psicológicos

Los primeros auxilios psicológicos son la primera ayuda que 
se brinda a las personas que se encuentran afectadas ante 
una emergencia, crisis o desastre. Se brindan cuando las 
dolencias de la persona no obedecen a losa daños físicos 
sino a las emociones de ese momento, tales como : miedo, 
tristeza, angustia, llanto y dolor.

Las personas que brindan primeros auxilios psicológicos no 
necesitan ser profesionales en el campo de la salud mental. La técnica de primera ayuda es sencilla y práctica, pero requiere de un tratamiento básico para su aplicación.

Los objetivos de los primeros auxilios psicológicos son:
  • Proporcionar alivio al sufrimiento emocional de inmediato.
  • Reducir el riesgo de que las reacciones llamadas normales de transformen en algo más grave.
  • Ayudar a satisfacer las necesidades básicas y de supervivencia que padecen mucho de los que sobreviven a los desastres.


La realidad de las circunstancias exige un enfoque breve, 
flexible, creativo y adaptable. Los componentes de los 
primeros auxilios psicológicos son:
  • ·  Realizar contacto con las personas.
  • ·  Analizar e problema.
  • ·  Analizar las posibles soluciones.
  • ·  Ejecutar la acción concreta.
  • ·  Dar seguimiento.
  • ·  Estimulación.
  • ·  Ofrecer información.


Acciones a ejecutar

  • Lo primero es mantener una actitud de escucha abierta a lo que las personas manifiestan.
  • Valorar cuidadosamente las reacciones de las personas afectadas por el desastre e identificar con criterios claros a las que requieren una atención psicológica más urgente para ofrecer un apoyo personalizado.
  • La persona que está en estado de choque o conmoción debe ser alejada del ambiente traumático. Se le debe hacer sentir que está acompañada, sostenerle la mano, abrazarla, acariciarla, hablarle con tono afectuoso y sereno, llamándola por su nombre. 
  • Si la persona afectada está confundida o no tiene una idea clara de lo que está sucediendo, el personal de primera respuesta debe mantenerse relajado y contestar las preguntas comunicando claramente que está actuando solidariamente para resolver sus problemas.
  • Si la persona expresa sus sentimientos de dolor o frustración con un comportamiento agresivo, por ejemplo, golpeando objetos, acompáñela calmadamente, sin tratar de detenerla inmediatamente, a menos que la seguridad de ella misma o de otros corra peligro.
  • Asegúrese de que la primera ayuda psicológica no interfiera, ni complique lo primeros auxilios médicos.
  • Apoyar en al solución de sus necesidades básicas y de supervivencia (alimentación, agua potable, abrigo, alojamiento, atención médica, etc).


Manejo del duelo.

  • Es normal que después de la muerte de uno o varios seres queridos haya tristeza, sufrimiento y aflicción. También cuando hay una pérdida importante de la salud como por ejemplo una amputación.
  • El periodo de duelo es aquel en que la persona elabora lo sucedido, lo entiende, lo supera y vuelve a reconstruir su vida.
  • El duelo se vivencia con una mezcla de tristeza, angustia, miedo e ira. En el momento más crítico llega a los extremos del dolor emocional muy intenso y la desesperación. Después viene el alivio progresivo y concluye con expresiones de confianza y esperanza renovadas.
  • Es importante tener presente que el proceso de duelo implica : liberarse o dejar atrás la relación con la persona u objeto perdido, adaptarse al mundo en otras condiciones y el esfuerzo por establecer nuevas relaciones.


Acciones a efectuar ante el proceso de duelo.

  • Intentar animar a la persona que sufre el duelo a que exprese sus sentimientos de pérdida.
  • Ayudar a fortalecer su autoestima.
  • Averiguar las reacciones previas ante el duelo, lo cual da una idea de cómo las personas se han defendido antes.
  • Ayudar a superar la negación, confrontando a la persona con la realidad y ayudándole a analizar las perspectivas de una vida que debe continuar, a pesar de la pérdida.
  • Reforzar los recuerdos positivos del fallecido.
  • Apoyar los rituales de aceptación.
  • Reiniciar las actividades sociales, como prácticas religiosas, deportivas, recreación familia, etc.



miércoles, 3 de abril de 2013

Cuenta Psicología UV con personal para auxiliar a víctimas de cataclismos

Cuestionario de evaluación de la intervención 


Contestar cada una de las cuestiones, de acuerdo con las siguientes escalas y según corresponda: 

1: Si 2: No 

1: Nada 2: Poco 3: Medio 4: Bastante 5: Mucho 



1. ¿Se transmitió desde un primer momento, de forma rápida y eficaz, la información necesaria y las directrices de la intervención a todo el equipo? 

1 2 3 4 5 


2. ¿Se realizó con celeridad y eficacia la valoración general del suceso? 

1 2 3 4 5 


3. ¿Estuvieron bien delimitados los roles y las funciones de los distintos componentes del equipo de psicólogos/as? 

1 2 3 4 5 


4. ¿Fué rápida y correcta la organización inicial de las actuaciones del equipo de apoyo psicológico? 

1 2 3 4 5 


5. ¿Se evaluó desde el primer momento, la sintomatología presentada en al población afectada por la crisis? 

1 2 3 4 5 


6. ¿Se actuó de forma ordenada y coordinada, colaborando con los demás organismos implicados (protección civil, bomberos, sanitarios)? 

1 2 3 4 5 


7. ¿Se rellenaron de modo satisfactorio las fichas de datos generales? 

1 2 3 4 5 


8. ¿Se rellenaron de modo satisfactorio las fichas de datos familiares? 

1 2 3 4 5 



9. ¿Se desarrollaron de modo satisfactorio los primeros auxilios psicológicos (contacto psicológico inicial, escucha, empatizar, favorecer descarga emocional…)? 

1 2 3 4 5 


10. La intervención directa con familiares y allegados, ¿fue adecuada? 

1 2 3 4 5 


11. ¿Tuvo que aplicar técnicas para dar malas noticias? 

1        2 

12. En caso afirmativo, ¿Se comunicó a los familiares o allegados de modo adecuado, cualquier mala noticia? 

1 2 3 4 5 


13. ¿Se realice la selección de representantes familiares? 

1        2 

14. En caso afirmativo, ¿Qué grado de satisfacción o valoración realiza de los representantes familiares? 

1 2 3 4 5 


15. ¿Tuvo que realizarse acompañamiento en el reconocimiento de cadáveres? 

1        2 

16. En caso de haber sido necesario, ¿se realizó el acompañamiento al reconocimiento de modo satisfactorio? 

1 2 3 4 5 



17. ¿Ocurrió alguna conducta autolesiva, autolítica o parasuicida, en algún familiar o allegado durante la intervención? 

1 2 3 4 5 


18. En caso afirmativo, ¿Se atendieron adecuadamente este tipo de situaciones? 

1 2 3 4 5 


19. ¿Fue necesario repartir y explicar los documentos de información y autoayuda para familiares? 

1        2 

20. En caso de haber sido necesarios, ¿Piensa que este tipo de información u materiales fueron positivos para los familiares y beneficiaron su intervención? 

1 2 3 4 5 


21. ¿Se establecieron contactos con los diferentes modos de comunicación? 

1        2 


22. En caso afirmativo, ¿Valora positivamente el tratamiento que realizan los medios de comunicación del suceso? 

1 2 3 4 5 


Aspectos positivos dignos de resaltar: 

Aspectos negativos, susceptibles de mejora en el futuro: 

Carencias que se han detectado: 

Algún momento especialmente crítico y para el que no hubiera actuación prevista: 

Observaciones:

¿Para qué evaluar la intervención? 


  • Para demostrar la eficacia de cualquier tipo de tratamiento. 
  • Para constatar los efectos positivos de la intervención. 
  • Brindar información sobre la intervención. 
  • Facilitar la retroalimentación de los aspectos a mejorar o a tener en cuenta. 


Objetivo fundamental de la evaluación 

Hacer una valoración posterior de la intervención para detectar dificultades que han tenido, reforzar los aspectos positivos y proponer algunas alternativas que puedan paliar algunos de los problemas planteados.

Post-impacto y seguimiento familiar y/o individual 





El principio de pro-actividad enfatiza la importancia de acercarse diligente y eficazmente a aquellos afectados directos o indirectos en vez de esperar que aquellos se presenten espontáneamente y pidan ayuda. Algunas personas no presentan síntomas o manifestaciones anormales a corto plazo pero si posteriormente. 

El concepto de “reaching out” corresponde a una estrategia social y comunitaria dirigida a identificar y acercar asistencia psicológica a aquellos que pudieran necesitar apoyo la cual debe tener continuidad (por lo menos 18 meses) y accesibilidad. 

El proceso (si las circunstancias lo permiten) será con una primera reunión de manera inmediata, días después del suceso, con todos los representantes familiares, que si es posible serán los mismos que en la intervención inmediata. Su cometido será el de actuar de enlace con los afectados para transmitir información importante y/o urgente, detectar casos anómalos dentro del grupo familiar y detallarnos todos aquellos datos relevantes de los miembros de la familia. 

Los objetivos planteados en esta reunión son: 
  • Informar sobre la función del servicio de atención psicológica 
  • Recopilar información del estado anímico de cada uno de los familiares 
  • Informar sobre las reacciones normales en situaciones de duelo 
  • Recomendaciones a seguir para una buena elaboración del duelo 
  • Sondeo de preocupaciones de los representantes respecto a sus familias 
  • Conocer temas importantes o urgentes a tratar como: actuación coordinada de las familias, implicaciones legales, implicaciones judiciales, burocráticas, en las cuales se orienta y deriva al servicio que corresponda. 

Podemos considerar como predictores de malos resultados o de un posible duelo complicado, los siguientes: 
  • Muertes repentinas o inesperadas 
  • Perdidas múltiples; perdidas inciertas 
  • Muerte de un niño, adolescente 
  • Personas en edades tempranas o tardías en la vida 
  • Muertes tras una larga enfermedad terminal 
  • Personas demasiado dependientes 
  • Historia previa de duelos difíciles 
  • Tener problemas económicos 
  • Poco apoyo sociofamiliar real o sentido 

La sintomatología tras la exposición a un acontecimiento traumático según nos indica el DSM-IV TR: 
  • Sensación subjetiva o embotamiento 
  • Desapego o ausencia de reactividad emocional 
  • Reducción del reconocimiento de su entorno 
  • Desrealizacion 
  • Despersonalización 
  • Amnesia disociativa 
  • Reexperimentacion persistente del acontecimiento 
  • Evitación persistente de estímulos asociados al trauma 
  • Síntomas persistentes de aumento del estado de alerta 

Tras un asesoramiento individual y/o familiar a los afectados, es conveniente valorar la posibilidad de hacer asesoramiento en grupo, siendo esta una manera más efectiva de ofrecer apoyo emocional y social. El poder expresar en confianza el dolor será más necesario para los afectados; parte de la tensión y estrés acumulado se irán disipando en este entorno conforme transcurra el tiempo.

Reglas y objetivos del Debriefing






Reglas 



  • Se deben eliminar interrupciones. Una vez comenzado un debriefing, no debe incorporarse ninguna persona más.
  • Una vez comenzada la sesión, no se harán descansos (aunque en cualquier momento se pueden atender las necesidades individuales y/o grupales).
  • Se debe garantizar la confidencialidad de todo lo que ocurra en la sesión. Ninguna información será comentada fuera de este contexto.
  • Los participantes serán libres de informar de sus propios sentimientos, reacciones y pensamientos. No se obligará a la participación a ningún asistente (es recomendable que la persona que dirige el encuentro respete y se adapte al ritmo que marca el propio grupo e incluso al nivel al que quieran llegar). Además es importante, que no se hable de nadie que no sean ellos mismos, tampoco de personas no presentes en la sesión. 


Objetivos 


  • Aliviar el estrés sufrido tras un incidente crítico
  • Hacer legítimo y de esta forma animar a la expresión de sentimientos, pensamientos y reacciones en torno al evento
  • Favorecer el apoyo intragrupal, y desde aquí el consuelo de los participantes
  • Prevenir posibles secuelas psicopatológicas que son altamente probables tras acontecimientos críticos.
  • Normalizar los todo lo expresado, de tal forma que no se sientan " raros o únicos"
  • Detectar a las personas más afectadas y facilitarles el contacto con profesionales de salud mental. 

martes, 2 de abril de 2013

Defusing y debriefing

Técnicas tras el desastre para minimizar los efectos el “defusing” y el “debriefing”.

 
 

 El defusing es una técnica que consiste en una sesión informal, que tiene lugar tan pronto como es posible después del incidente crítico en las primeras 24 horas. Es conducido en una atmósfera de apoyo mutuo, en la cual los participantes describen sus sentimientos y reacciones al suceso. Se desarrollan estrategias para que la productividad del trabajo no se vea disminuida o deteriorada. El objetivo es crear una atmósfera positive y de apoyo en la cual las inquietudes, preocupaciones y reacciones iníciales puedan ser expresadas. No se deben permitir las críticas destructivas, se debe alentar la aceptación y contener el humor negro excesivo.

Suele desarrollarse en grupos pequeños, dirigiéndola uno o dos profesionales de salud mental, aunque lo suele conducir un jefe. La duración es de 20 minutos a 1 hora. Durante este tiempo, se provee apoyo y compañerismo a los más afectados por el incidente.



El debriefing es una estrategia de apoyo psicológico, utilizada para paliar y prevenir las consecuencias psicológicas de los incidentes críticos.

Es una intervención grupal altamente estructurada. Este  protocolo fue creado por J.T. Mitchell a finales de los años 70. Es una reunión formal para tratar los residuos emocionales que los intervinientes en la emergencia puedan tener.

Se han desarrollado varios modelos de Debriefing, pese a que puede variar el número y tipo de fases, sin embargo, todos pretenden examinar y ayudar a los intervinientes a enfrentarse a los  sonidos, olores, pensamientos, sentimientos, recuerdos, reacciones físicas que formarán parte de cada uno de ellos, como reacción normal ante un evento anormal.